Miro el catálogo de lencería (porque sí, por curiosa, ¿cuál es?). A ella que es divina, con ese cuerpo escultural, posando, iluminada, maquillada, fotografiada, photoshopeada el conjuntito se le incrusta por todos los lados y le hace saltar partes que, creeme, ni siquiera debe tener... ¡imaginate a mí!
Sory gordos (?), no me lo vendieron.